Iconos en fotogramas
Algo que fascina, por regla universal, es la relación que comparten la moda y el cine. El vestuario es una parte fundamental en cualquier película, ¿por qué si no los Oscars tienen un premio a mejor vestuario? o ¿por qué tanto protagonismo a los vestidos de la alfombra roja? Pero lejos de generalizar, el séptimo arte crea referencias. Sí, todas las películas tienen su propio vestuario, pero la mayoría no cuentan con una actriz que traspase la pantalla, que las hay pocas, y se conviertan en un icono cinematográfico, y de la moda. Aquí van tres de ellas:
Audrey Hepburn/ Pixabay
Audrey Hepburn, actriz británica de la época dorada de Hollywood. Sin más dilación de presentaciones, se sitúa en la cima del glamour en la pantalla. La corona se la llevó por su actuación en Breakfast at Tiffany’s (1961), donde literalmente brilló. Un vestido negro con guantes del mismo pretexto, un collar de perlas y un 'croissant' para desayunar enmarcan un mismo plano para crear la imagen cinematográfica más vista desde su estreno en 1963. Su reflejo en las joyas del escaparate de la empresa ‘Tiffany's & Co’, y Nueva York como escenario, también ayudan. Así que bienvenida sea en todas las listas de iconos.
Grace Kelly/ Pixabay
Grace Patricia Kelly, la actriz estadounidense que se convirtió en Princesa de Mónaco. Conocida por su belleza, adorada por su elegancia. Cuenta con una estrella propia en el Paseo de la Fama de Hollywood, se convirtió en ello gracias a Mogambo (1953), y posee un Oscar a mejor actriz por su papel en The Country Girl (1954). Se retiró con tan solo 26 años para formar parte de la monarquía del principado, y en toda su trayectoria, no perdió ni un ápice de glamour. Tanto en su vestuario, clásico y sencillo, como en su personalidad. Las reverencias, en esta ocasión, por lo último.
Marilyn Monroe/ Pixabay
Marilyn Monroe, una actriz de infarto. Porque si bien ha protagonizado películas que han pasado a la historia del cine — Los caballeros las prefieren rubias (1953), Con faldas y a lo loco (1959), La tentación vive arriba (1955), o La mujer de rojo (1984) — también es recordada como un icono pop y todo un símbolo de la sensualidad. Provocativa, sexy y con exuberantes curvas. La mujer que puso de moda el rubio platino y el rojo como bandera de seducción. La chica que inauguró la portada de Playboy. Y tras todo ello, un sinfín de mujeres que buscan la similitud. Porque si la duda está en qué factor determina ser un emblema, solo hay que ver el rastro de admiradores que hay detrás.